El Estado Plurinacional de Bolivia, comparado con otros países de la región, es considerado uno de los países más vulnerables ante desastres por eventos naturales adversos. Las principales amenazas naturales son de origen hidrometeorológico (sequías, heladas, lluvias severas y granizadas) y fenómenos relacionados, como inundaciones y deslizamientos.
De acuerdo con el Índice de Riesgo Municipal desarrollado por la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (UDAPE) del Ministerio de Planificación del Desarrollo, el 43 % de la población habitaba áreas expuestas a inundaciones en 2012, siendo estos fenómenos (ya fueran provocados por precipitaciones o por otros factores) el evento natural de mayor frecuencia en Bolivia, seguidos por sequías y granizadas.
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Dada su frecuencia y la población expuesta, las inundaciones causan importantes pérdidas económicas relacionadas, sobre todo, con la infraestructura y la producción agropecuaria.
En 2015, por ejemplo, el Gobierno de Bolivia estimó que las pérdidas ocasionadas por inundaciones ascendieron a USD 450 millones (BOB 3132 millones), y más de 300 000 personas se vieron afectadas.
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Dado este contexto, la gestión de riesgos de desastres ha sido una prioridad en la agenda del Gobierno de Bolivia, que estableció importantes avances en el marco normativo e institucional del país. Por ejemplo, en 2012, mediante la Ley n.° 300, Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien, se estableció como objetivo la prevención y la reducción de las condiciones de riesgo y de vulnerabilidad de la población en Bolivia (artículo 12).
En 2014, se promulgó la Ley n.° 602, Ley de Gestión de Riesgos, la cual proporciona el marco para la gestión de riesgos de desastres y la adaptación al cambio climático en la planificación del desarrollo a nivel sectorial y territorial.
Los desastres asociados a eventos naturales adversos, y en particular las inundaciones, tienen un impacto negativo y estadísticamente observable en el corto plazo. Sin embargo, la evidencia empírica sobre dichos impactos en Bolivia, desde un punto de vista estadístico y causal, es muy limitada.
Para los eventos ocurridos durante 2013 y 2014, UDAPE (2015) realizó un ejercicio de contabilización de las pérdidas directas e indirectas asociadas con eventos meteorológicos utilizando la metodología de CEPAL para evaluar los impactos socioeconómicos y ambientales de los desastres.
Como ya se mencionó, estos eventos ocasionaron pérdidas por alrededor de USD 450 millones (BOB 3132 millones) y afectaron a más de 300,000 personas. Por otro lado, Arenas (2014), a modo de complemento de la metodología previa, evaluó la magnitud e intensidad de los desastres hasta el año 2100 en escenarios de cambio climático.
Básicamente, en ese estudio se determinó que los daños futuros a infraestructura pública por efectos del cambio climático (a raíz de fuertes precipitaciones e inundaciones) tendrían un costo de USD 93 000 millones (BOB 647 280 millones), lo que representaría un gasto promedio anual de USD 3113 millones (BOB 21 666 480 000). El costo económico por pérdidas agropecuarias ascendería a USD 82 000 millones (BOB 570 720 millones), lo que representaría un promedio anual de USD 2726 millones (BOB 18 973 millones).
Cabe aclarar que en los estudios mencionados es difícil atribuir de manera específica el daño asociado únicamente a los desastres y no a factores que ocurrieron de manera simultánea. Más aún, dichos estudios no evalúan el impacto en variables de bienestar, como pobreza o ingreso del hogar. La pobreza y los ingresos de los hogares son indicadores de los impactos de medio y largo plazo que pueden tener los desastres.
Por tanto, este estudio tiene como objetivo evaluar el impacto de las inundaciones en Bolivia en el ingreso per cápita de los hogares y en otros indicadores socioeconómicos de bienestar por medio de métodos estadísticos que permitan aislar de manera explícita otros factores que pueden influir en los resultados.
Dada la dificultad de caracterizar de manera exacta el impacto de una inundación — además de las limitaciones encontradas con la información disponible—, en este estudio, se analizan diversos índices comúnmente utilizados en la literatura económica que representan distintas formas de abordar el impacto de las inundaciones.
La idea principal detrás de la utilización de distintos índices es que las inundaciones tienen diversas causas y características que definen la manera en la que afectan a la población o a la economía de un país. Si bien todos los índices utilizados buscan modelar el impacto de una inundación, cada uno de ellos otorga distinto peso a los factores que la causan y a las características para hacerle frente de la zona en la que ocurre.
Los resultados muestran que los diferentes índices son coherentes a través de las distintas caracterizaciones y apuntan a un efecto negativo y significativo de la precipitación excesiva, las lluvias intensas y los desbordes de ríos tanto en el ingreso per cápita como en la pobreza de los hogares.
El resto del estudio se divide en cuatro secciones. En la primera sección, se describen los tres índices utilizados en el estudio, la información empleada para calibrarlos y la forma en la que se calculan sus valores. En la segunda sección, se describe la metodología para evaluar el impacto de las inundaciones en el ingreso de los hogares y en la pobreza.
Aquí también se muestra cómo se adaptan los índices para combinarlos con la información socioeconómica y la construcción de sus distintas variantes. En la tercera sección, se describen los resultados para las distintas variantes de los índices y se incluye una comparación de las predicciones de cada una en distintos escenarios. En la última sección, se presentan las principales conclusiones de este estudio.
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De presentarse otro desastre, Piura sufriría aún más.
De presentarse otro desastre en la región Piura, el 50% del territorio está en una situación de riesgo alto, según indicó el representante regional de la Ong Soluciones Prácticas, Alcides Vilela Chávez.
Dijo que muchas familias, sobre todo en los asentamientos humanos deben ser reubicadas debido a las zonas donde se encuentran, ya que han sido consideradas en situaciones vulnerables.
“Se debe hacer un estudio para ver la cantidad de familias en situaciones vulnerables y ver dónde las ubicamos, creo que territorios hay, lo que pasa que es decisión política de rediseñar nuestra ciudad de Piura, sino rediseñamos va a ser difícil tener una ciudad mejor y estructurada”, dijo a Noticias Piura 3.0.
Señaló que el plan de reconstrucción debe ser en conjunto con la comunidad y la sociedad que sufrió por el fenómeno El Niño y el desborde del río Piura, pues indica que en este plan de obras no ha sido considerada la población.
Vilela Chávez sostuvo que hasta la fecha no se supera esta situación de emergencia, ya que aún se tiene gente viviendo en los albergues, “no es posible que después de un año todavía exista gente viviendo aquí (albergues) y no solo en Piura sino en Chiclayo y Trujillo”, precisó.
Finalmente, anunció que la Mesa de Concertación de Lucha contra la Pobreza, la plataforma ciudadana Inundación Nunca Más y otras organizaciones realizarán una serie de actividades al cumplir un año del desastre en la región, pues indica que la finalidad es de reflexionar e invitar a la ciudadanía a ser agentes de cambio por una construcción de Piura sin corrupción.
Fuente: Noticias Piura 3.0. Por Leydi Timaná
El día jueves 28 de setiembre se realizará el foro “Por una cultura de gestión de riesgos en Lima Este”, donde se discutirán y analizarán las principales acciones que están desarrollando los distritos de Lima Este para promover actividades que fomenten la prevención contra desastres, como los terremotos y huaycos.
Es importante resaltar que durante la semana pasada, se produjeron una serie de terremotos y sismos de gran intensidad en diversas partes del mundo, siendo México el país que más sufrió debido a que un terremoto de 7.1 grados produjo alrededor de 326 muertos, cientos de viviendas destruidas y edificios colapsados. En el país, la ciudad capital, según estudios científicos, espera la ocurrencia de un terremoto de grado 8.5 debido al silencio sísmico de más de 40 años.
Ante esta situación, el foro busca concientizar a la comunidad sobre la importancia de desarrollar actividades preventivas que ayuden a reducir la vulnerabilidad en la que se encuentra la zona este de la capital, sobre todo los distritos de San Juan de Lurigancho, El Agustino, Santa Anita, Ate, Chaclacayo y Lurigancho-Chosica; principalmente a causa de las construcciones informales, la autoconstrucción sin supervisión técnica, invasiones en zonas de alto riego como los causes de río, pendientes de cerros, arenales, etc.
En el evento participaran autoridades del INDECI, CENEPRED, gerentes de Gestión de Riesgo y Defensa Civil de las municipalidades de los distrito de Lima Este, dirigentes distritales quienes presentarán experiencias locales de prevención; además de distintas instituciones especializadas en temas de gestión de riesgos, prevención de desastres y desarrollo local como SEA, Soluciones Prácticas, PREDES, GROTT Perú, DESCO, CENCA, TAT, etc.
El evento se realizará en el auditorio de la Parroquia “Virgen de Nazaret” (Jr. Renán Olivera 249, Urb. La Corporación, El Agustino) a partir de las 9:00am; y es organizado por la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza.
La planificación urbana es una herramienta importante para que los mandatarios locales en la ciudad puedan alcanzar un desarrollo sostenible. Ayuda a formular objetivos a medio y largo plazo de forma que concilien una visión colectiva con la organización racional de los recursos para lograrla.
Sin embargo, a menudo los líderes locales ven la planificación urbana como la simple elaboración de dibujos e imágenes de la ciudad en el futuro, sin discernir cómo este proceso y las decisiones que se han de tomar pueden llegar a ser la columna vertebral de la transformación urbana.
La planificación urbana no trata de producir imágenes; es un marco que ayuda a los líderes a transformar una visión en realidad, mediante la utilización del espacio como un recurso esencial para el desarrollo y mediante la participación de las partes interesadas durante todo el proceso.
5 OBSTÁCULOS EN EL MEJORAMIENTO DE LA PLANIFICACIÓN URBANA
1. Hacer la planificación más sencilla
El sistema de planificación puede ser complejo, largo y costoso, y puede presentar duplicidades y lagunas. El esfuerzo por crear planes integrales puede llevar décadas, por lo que los planes podrían quedar obsoletos antes de ser ejecutados. Por otro lado, los planes que subestiman limitaciones institucionales, técnicas y financieras pueden eventualmente tener que ser abandonados. La adopción de un enfoque basado en la demanda para elaborar marcos pragmáticos y modulares puede conducir a una implementación de gran impacto.
2. Hacer que la planificación sea estratégica
Responder a necesidades reales de forma que se ofrezca una perspectiva a largo plazo pero al mismo tiempo concreta y realizable por etapas ayudará a garantizar que los planes puedan ser implementados. Los planes que carecen de visión y que no ofrecen respuesta a los problemas reales son fácilmente dejados de lado y olvidados cuando cambian las agendas políticas. Elegir cuáles son los temas fundamentales a abordar y los bienes a desarrollar de forma que se apoye el avance de la ciudad, en medio de limitaciones y retos, no es tarea fácil y requiere entendimiento y capacidad de formular las preguntas adecuadas.
3. Identificar las responsabilidades y establecer indicadores de desempeño
No puede haber rendición de cuentas sin roles y objetivos concretos y sin los recursos necesarios para realizarlos. No establecer estos puntos desde el principio crea confusión y un ambiente de falta de rendición de cuentas que hace los objetivos inalcanzables.
4. Construir equipos multidisciplinarios
Los proyectos transformadores requieren de un pensamiento holístico para superar cuellos de botella derivados de la gobernanza y de la fragmentación de operaciones. Las ciudades que promueven una política de integración y trabajo en equipo aseguran que los marcos de desarrollo urbano y las políticas sectoriales se apoyen mutuamente y que los implementadores así lo entiendan. La designación de un grupo específico con responsabilidades de pensamiento estratégico y coordinación, y la institucionalización de la cooperación interdepartamental, así como la alineación con el trabajo del día a día, pueden requerir cambios del sistema y de comportamiento, pero harán el planeamiento más eficiente.
5. Permite manejar la dimensión jurídica desde el comienzo
Un plan aprobado por un concejo municipal es un documento vinculante. Determinar si el gobierno local tiene la capacidad de implementar un plan o si va a depender de acuerdos con otros niveles de gobierno o socios privados es parte de la base jurídica que debe plantearse desde el comienzo de la elaboración del plan.
6. Permite calcular los costos de capital y de funcionamiento en los ingresos municipales
Una imagen clara de los costos del ciclo de vida de los componentes de un plan debe ser parte fundamental de su elaboración. Sin embargo, los costos a largo plazo asociados con la implementación a menudo se pasan por alto, especialmente los costos de operación y mantenimiento (O & M, por sus siglas en inglés) que, en algunas ciudades pueden suponer pesadas cargas financieras. Las decisiones de planeamiento y su implementación así mismo repercutirán en la base de ingresos, por lo que deberán adoptarse buenas prácticas de gestión que permitan recuperar los recursos.
7. Permite obtener apoyo temprano para aumentar la probabilidad de un impacto positivo
Las ciudades que involucran a las partes interesadas en la planeación se benefician de una priorización que refleja necesidades reales, y, por tanto, aumenta el impacto de la inversión. Si las partes interesadas se comprometen desde un principio es menos probable que las propuestas sean rechazadas más adelante. Un amplio apoyo permite alinear la agenda local con la de otros niveles de gobierno, y además crea un marco para involucrar al sector privado.
8. Permite la implementación de la fase en términos de espacio y de recursos
El dinero de los contribuyentes debe gestionarse cuidadosamente y ser utilizado de manera inteligente. El mismo principio debería aplicarse en la implementación de un plan. La viabilidad financiera de un plan dependerá de cómo sus componentes se realicen por etapas y de identificar cuáles de ellos son aptos para ser financiados por una fuente externa. La evaluación de los resultados y la realización de los ajustes necesarios en las políticas permitirán que el alcance del plan sea ampliado y escalado de forma efectiva.
5 OBSTÁCULOS EN EL MEJORAMIENTO DE LA PLANIFICACIÓN URBANA
1. La incapacidad para identificar los temas centrales
Una visión miope se traduce en un plan deficiente, y una planificación sin valores resulta inútil. Además, los planes podrían no prever aquellas medidas necesarias para que sean ejecutados. Una visión colectiva respaldada por los líderes locales es la base fundamental de un planeamiento de impacto; las experiencias de éxito demuestran claramente que la visión debe encaminar el plan para que se obtengan beneficios reales para la ciudad.
2. Enfoques y herramientas de planificación inadecuados u obsoletos
Planes concebidos exclusivamente por expertos técnicos, de forma aislada; planes que utilizan enfoques importados que no están adaptados a las condiciones locales; y planes basados en evaluaciones mecánicas y desarticuladas pueden resultar irrelevantes en un contexto específico. El planeamiento modernista ha llegado a ser generalmente ineficaz en muchos contextos, lo que señala que los líderes deben tener en cuenta la pertinencia de los planes y su aplicación práctica. Las experiencias de éxito muestran que las ciudades del mundo en desarrollo pueden generar enfoques innovadores.
3. Débil capacidad para desarrollar e implementar planes
A menudo, las ciudades tienen recursos humanos insuficientes para desarrollar planes y ponerlos en práctica. El desarrollo de estas capacidades dentro de los departamentos de planeamiento locales, mediante el uso de otras agencias e implicando a grupos comunitarios y de interés, es una estrategia clave para abordar esta deficiencia y producir mejores planes.
4. Marcos jurídicos que no proporcionan suficiente soporte para los planes
Un marco jurídico sólido es indispensable para la ejecución de los planes, ya que crea las condiciones para que todos los actores trabajen con certidumbre. Muchas ciudades que han tenido grandes éxitos en la planificación también cuentan con una legislación avanzada que garantiza que los planes sean documentos jurídicamente vinculantes e incluye sanciones por falta de cumplimiento por parte de residentes y desarrolladores.
5. Planes que no tienen tiempo suficiente Incapacidad de identificar los problemas clave
Implementar planes requiere capacidad de supervisión, instituciones creíbles y bajos niveles de corrupción e impunidad. La falta de continuidad debido a ciclos políticos cambiantes, y el escaso compromiso de aquellos líderes que no logran evaluar las consecuencias negativas a largo plazo de hacer caso omiso a los planes de desarrollo, son grandes obstáculos para lograr el éxito. Los mecanismos que garanticen la implementación de planes adaptados al contexto local deben construirse desde el comienzo.
La planificación saca el mejor provecho de los presupuestos municipales informando la inversión en infraestructuras y servicios, y equilibra las demandas de crecimiento con la necesidad de proteger el medio ambiente. También distribuye el desarrollo económico dentro de un área determinada para alcanzar objetivos sociales, y permite la creación de un marco de asociación entre los gobiernos locales, el sector privado y el público en general.
FUENTE: ONU Hábitat
Durante las últimas semanas, se han registrado intensas precipitaciones en las zonas altoandinas y en un sector de la Amazonía. Estas lloviznas y la sensación de frío en la capital se deben a la presencia del fenómeno de La Niña, según explicó la Comisión Multisectorial del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN).
La comisión cambió su “estado de vigilancia” ante el fenómeno climático por un “estado de alerta”. Esto se debe a que las condiciones frías en la superficie marina de la región de Tumbes y Piura, así como a lo largo de la costa peruana, se mantuvieron durante tres meses consecutivos.
De acuerdo con ENFEN, La Niña costera traerá una mayor sensación de frío y lluvias con más intensidad en la sierra y selva, además de posibles caídas de huaicos. Además, la temperatura del verano bajará un grado y medio.
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (SENAMHI) anunció que se presentarán lluvias con tormentas y ráfagas de viento en los siguientes departamentos: Huánuco, Pasco, Lima, Junín, Huancavelica, Ayacucho, Ucayali, Cusco, Madre de Dios, Arequipa y Apurímac.
Al respecto, Grinia Ávalos, la subdirectora de predicción climática de SENAMHI, sostuvo que, al confirmarse el fenómeno de La Niña costera, tendremos un “verano fresco”. Asimismo, Ávalos indicó que, de persistir estas intensas lluvias, esto podría afectar directamente a la producción de algunos cultivos. “Si estas anomalías superan de manera sistemática valores que afecten cultivos costeros, ello podría tener impacto en la producción de los mismos”, aclaró.
Sin embargo, ENFEN agregó que existe poca probabilidad (un 21 %) de que La Niña costera continúe entre los meses de febrero y marzo, debido a que las condiciones climáticas del mar peruano no fomentarían su permanencia. “El pronóstico es que, para los siguientes meses, las condiciones del mar norteño serían alrededor de lo normal. Con ello, no serían lo suficientemente frías para que La Niña costera continúe”, sostuvo Grinia Ávalos, quien también es coordinadora técnica de la comisión.
Cuando La Niña llegó a la costa peruana en el año 2011, ocasionó una grave escasez de agua en el norte, por lo que los reservorios de Poechos (Piura) y Tinajones (Lambayeque) tuvieron que ser cerrados. Dos años después, en el 2013, afectó los cultivos de arroz, cacao y plátano (que requieren mucha agua), así como la ganadería local ante la falta de pasto para los animales.
No obstante, Manuel Morán, jefe del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) de Tumbes, afirmó que la región posee un plan de contingencia ante una posible sequía producida por La Niña. “Siempre monitoreamos la capa freática (agua subterránea) para fijar nuestra disponibilidad del recurso hídrico”, dijo.
La Niña también suele incidir en el comportamiento de los animales marinos del norte peruano, ya que los peces de aguas cálidas se retiran mar adentro a causa del enfriamiento del litoral.
FUENTE: RPP