
Este artículo proporciona mensajes clave sobre las oportunidades que ofrecen las soluciones basadas en la naturaleza para la reducción del riesgo de inundación en América Latina
Los fenómenos meteorológicos extremos continúan causando daños importantes, tanto en términos de vidas perdidas, desplazamiento de la población, como también en medios de subsistencia y activos destruidos. En la mayoría de los casos, el cambio climático aumentará la ocurrencia de eventos extremos a diferentes escalas y magnitud.
En los últimos cinco años (2012 - 2017) más de 135 millones de desplazamientos de personas están asociados con desastres principalmente por inundaciones, tormentas y ciclones tropicales.
Por lo tanto, el desplazamiento por desastres es más de dos veces mayor que la migración relacionada con conflictos armados o violencia. Según las estimaciones de Swiss Re, en 2017 los desastres causaron pérdidas económicas de alrededor de US$ 300 mil millones, que es considerablemente más alto en comparación con las estimaciones para 2016 ($ 178 mil millones).
Se espera que las pérdidas aumenten, a menos que el riesgo de desastre se reduzca y se gestione adecuadamente. Las pérdidas anuales futuras se estiman en más de US$ 300 mil millones cada año.
Las poblaciones en condiciones de pobreza se ven afectadas con mayor frecuencia por los desastres y sufren de manera desproporcionada. Los especialistas argumentan que estas estimaciones económicas no reflejan con precisión los impactos globales sobre los medios de vida, especialmente de las poblaciones más vulnerables. En 2017, las inundaciones y los deslizamientos de tierra fueron los eventos climáticos extremos más recurrentes, responsables del mayor número de muertes y población afectada.
Hay múltiples tipos de inundaciones de las cuales las más recurrentes son las inundaciones fluviales, repentinas, entre otras. América Latina es una de las regiones particularmente expuestas a una gran variedad de amenazas naturales, donde las inundaciones y los deslizamientos de tierra son las más recurrentes.
Solo entre 2017 y mediados de 2018, las inundaciones y los deslizamientos de tierra provocaron considerables pérdidas económicas, causaron la muerte de cerca 700 personas y dejaron más de 2,5 millones de personas afectadas.
La degradación ambiental es reconocida como uno de los factores que incrementa el riesgo de desastres, afectando así la exposición de las sociedades ante inundaciones, deslizamientos de tierra y otras amenazas naturales. Los responsables de la formulación de políticas pueden elegir entre una amplia gama de intervenciones para reducir el riesgo de desastres, entre ellas los marcos de políticas, la infraestructura construida y/o las soluciones basadas en la conservación, y la gestión o restauración de los ecosistemas. Entre estas opciones, las basadas en infraestructura han sido, con gran diferencia, la solución más común. Sin embargo, actualmente existe un mayor reconocimiento del papel que desempeñan los ecosistemas en la provisión de servicios esenciales para reducir y mitigar el riesgo de diferentes tipos de inundaciones.
Los ecosistemas saludables, como los bosques, humedales, páramos y punas (meseta de alta montaña característica de los Andes), pueden desempeñar un papel crítico en la gestión de las cuencas fluviales. Bajo ciertas condiciones, los ecosistemas pueden ayudar a atenuar los caudales (almacenando agua en el sistema y liberándola gradualmente en el tiempo), reduciendo así la intensidad y la probabilidad de inundaciones destructivas. En el contexto de los riesgos de inundación, los ecosistemas pueden actuar como infraestructura natural, mitigando los impactos de los desastres, produciendo la reducción de la vulnerabilidad física y el fortalecimiento de la resiliencia.
Adoptar un enfoque basado en la naturaleza para la reducción del riesgo de inundaciones requiere tomar en cuenta una mayor comprensión acerca de la dinámica del sistema hidrológico; así como la consideración del vínculo río arriba/río abajo de las actividades de desarrollo y los riesgos que generan. La adopción de un enfoque de este tipo es fundamental para abordar el riesgo de inundaciones de una manera integrada, que va más allá de las fronteras administrativas y sectoriales.
Este enfoque requiere una acción colectiva en múltiples niveles, entre diversas partes interesadas y sectores, considerando las cuencas como aspecto central para la toma de decisiones e idealmente también para su gobernanza.
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Las soluciones basadas en la naturaleza para la reducción del riesgo de desastres (RRD) y la adaptación al cambio climático (ACC) constituyen una estrategia adecuada para la gestión integrada del territorio, el agua y biodiversidad. Estas soluciones priorizan la conservación de la naturaleza y las prácticas de uso sostenible del territorio que pueden implementarse en armonía con métodos más tradicionales. Bajo el Convenio de Diversidad Biológica (CDB) se destaca el papel central de los ecosistemas y la biodiversidad para abordar los desafíos de la RRD y la ACC. También conocidos como enfoques basados en ecosistemas, estos están respaldados a través de importantes agendas relacionadas con riesgos como el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres (MSRRD), el Acuerdo de París sobre Cambio Climático (COP21)13 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Específicamente en el MSRRD se menciona que los ecosistemas deben ser adecuadamente protegidos, ya que son vulnerables a impactos de amenazas inducidas por actividades naturales y humanas.
Soluciones Prácticas (Practical Action América Latina), como parte del Programa de Resiliencia ante Inundaciones de Zurich, buscó reunir evidencia a partir de experiencias que integran soluciones basadas en la naturaleza para la reducción del riesgo de inundación en América Latina; a su vez que organiza una plataforma para el intercambio regional de conocimiento y aprendizaje. Este documento de trabajo constituye un esfuerzo de colaboración entre WWF, UICN y Soluciones Prácticas como resultado del Taller Regional de América Latina titulado “Hacia soluciones basadas en la naturaleza: Infraestructura verde para la reducción del riesgo de inundaciones”, llevado a cabo del 11 al 12 de diciembre de 2017 en Lima, Perú.
En base a las experiencias presentadas en el taller y a las discusiones sostenidas al respecto, este documento proporciona mensajes clave sobre las oportunidades que ofrecen las soluciones basadas en la naturaleza para abordar el riesgo de inundaciones. Asimismo, aboga por la necesidad de una gobernanza adaptativa; así como de un trabajo colaborativo para abordar los desafíos relacionados con las inundaciones a través de la gestión responsable de los ecosistemas. Además, el documento busca facilitar la generación de conocimiento y su aprovechamiento a una escala regional para fortalecer la resiliencia ante las inundaciones a nivel regional, nacional y local.
Soluciones basadas en la naturaleza para la reducción del riesgo en el contexto de inundaciones: conceptos y principios
En el diálogo en torno a las soluciones basadas en la naturaleza (SbN) para reducción de riesgo de desastres, se presentan dos conceptos interrelacionados: i. SbN como un concepto general, que sustenta la reducción del riesgo de desastres basada en los ecosistemas; ii. SbN para RRD (Eco-RRD), que aborda específicamente la RRD.
De acuerdo a UICN, “Las soluciones basadas en la naturaleza son (...) acciones para proteger, gestionar de forma sostenible y restaurar ecosistemas naturales o modificados, que abordan los desafíos sociales de manera efectiva y adaptativa, proporcionando a la vez bienestar humano y beneficios para la biodiversidad”
De acuerdo a la Asociación para el Medio Ambiente y la Reducción del Riesgo de Desastres (PEDRR por sus siglas en inglés), “La reducción del riesgo de desastres basada en los ecosistemas es la gestión sostenible, la conservación y la restauración de los ecosistemas para reducir el riesgo de desastres con el objetivo de lograr un desarrollo sostenible y resiliente”.
Cohen-Sacham et al (2016) consideran Eco-RRD como un subcomponente de las SbN junto con otros conceptos, tales como la Adaptación Basada en Ecosistemas. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) sugiere que las acciones de las SbN deben seguir 8 principios. Eco-RRD tiene 7 elementos centrales, que se superponen parcialmente con los principios de las SbN.
El campo de los enfoques basados en ecosistemas para la RRD y la ACC se ha desarrollado rápidamente durante la última década. Actualmente múltiples esfuerzos se producen con el fin de definir estos conceptos y proporcionar directrices y criterios específicos para su implementación en el campo con un enfoque especialmente en inundaciones. Además, el Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico, Técnico y Tecnológico (SBSTTA) del CDB ha debatido y adoptado las directrices voluntarias para el diseño y la implementación efectiva de enfoques basados en los ecosistemas para la adaptación al cambio climático y la reducción del riesgo de desastres (CBD / SBSTTA / 22/8).
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Los recientes avances importantes en NbS para la reducción del riesgo de inundación incluyen las publicaciones del Banco Mundial (2017) sobre implementación de soluciones basadas en la naturaleza para la protección ante inundaciones20 y WWF (2016) sobre guía sobre gestión basada en la naturaleza de inundaciones: Guía Verde. Ambas publicaciones proporcionan directrices para promover las mejores prácticas y prevenir fallas comunes.
Existe una amplia gama de soluciones para gestión del riesgo de inundación: (1) soluciones no estructurales (por ejemplo, políticas y sistemas de alerta temprana) y (2) soluciones estructurales. Las soluciones estructurales pueden tener forma de (i) soluciones basadas en la naturaleza (soluciones blandas), por ejemplo, restauración de humedales y recuperación del camino de drenaje natural y (ii) soluciones grises (soluciones duras), por ejemplo, represas y embalses. Para reducir efectivamente el riesgo de inundación, se recomienda primero aplicar soluciones no estructurales y luego considerar soluciones estructurales priorizando SbN siempre que sea posible como parte de un enfoque integrado. SbN se puede combinar con soluciones grises, conocidas también como soluciones híbridas (por ejemplo, diques con restauración de ecosistemas). En el caso de ninguna otra opción, se pueden seleccionar soluciones grises.
Panorama actual sobre gestión del riesgo de inundaciones en América Latina
América Latina está expuesta a una gran variedad de amenazas naturales como tormentas, terremotos, actividad volcánica, inundaciones y sequías.22 Los eventos hidrometeorológicos asociados con los patrones de lluvia o eventos extremos provocados por la Oscilación Austral de El Niño (ENSO) son característicos para la región y generan inundaciones frecuentes acompañadas de deslizamientos de tierra o sequías. Severas inundaciones y sequías asociadas con el Niño y la Niña devastaron a muchos países en 1982 -1983, 1997 - 1998 y 2016 - 2017. De todas las catástrofes, las inundaciones son las amenazas más frecuentes en América Latina, con ocurrencia significativa de 55% en los últimos 15 años (2002 - 2017).23 Se informa que las inundaciones causaron aproximadamente US $ 19 mil millones que afectaron a más de 27 millones de personas y quitaron la vida de cerca de 6 000 personas.
Los escenarios climáticos proyectan con confianza media un aumento en la frecuencia de fuertes precipitaciones, especialmente en las latitudes altas y las regiones tropicales en la región de América Latina. Los países que ocupan los primeros puestos en el índice de riesgo INFORM (2018) con respecto a la exposición a inundaciones, vulnerabilidad y capacidad de respuesta incluyen Bolivia , Colombia, Guatemala, Honduras, México y Nicaragua.
La degradación ambiental, la planificación inadecuada del uso de la tierra y el cambio climático condicionan en parte el nivel de riesgo de inundación en cada país en la región. Esta combinación genera altos niveles de vulnerabilidad física, especialmente en áreas de urbanización no planificadas (por ejemplo, periurbanas), que aumentan su susceptibilidad a inundaciones y deslizamientos de tierra.
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La pérdida de hábitat y la degradación de la tierra continúan siendo uno de los mayores desafíos en la región. La deforestación, en la Amazonía y en otros ecosistemas forestales, y la pérdida de pastizales y frágiles biomas de montaña son ejemplos de estos procesos. Este es un factor crítico a considerar en términos de riesgo de desastres en el sector agrícola y ganadero, y de la capacidad de los ecosistemas para adaptarse al cambio climático y seguir proporcionando los servicios indispensables para el bienestar de la sociedad y la población.
Otro factor de mayor riesgo es la capacidad limitada de las instituciones para hacer frente a las inundaciones, especialmente a nivel subnacional. Esto se debe, en cierta medida, a la falta de mecanismos para la coordinación interinstitucional y sectorial; así como a los recursos humanos y financieros limitados para la gestión del riesgo.
También existe una dependencia de la preparación para emergencias, la rehabilitación y la recuperación, en lugar de una priorización de las acciones previas para reducir el riesgo como parte de la planificación del desarrollo.
Los gobiernos nacionales de la región reconocen la necesidad de abordar el riesgo de desastres. Se han realizado avances importantes en términos de recopilación de conocimiento, sistemas de información, colaboración regional y acciones locales. Un logro regional clave lo constituye la adopción de un enfoque de reducción del riesgo de desastres que incluye:
Adicionalmente se ha establecido colaboración regional sobre la generación y intercambio de información como el Centro Regional de Información sobre Desastres en América Latina y el Caribe (CRID). Además se ha creado un mecanismo de coordinación subregional oficial, que a su vez tiene como uno de sus ejes la promoción de la información entre los países - Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres Naturales en América Central y República Dominicana (CEPREDENAC).
La Plataforma Regional para la Reducción del Riesgo de Desastres en las Américas desempeña un papel clave en el avance de la implementación del Marco de Sendai. En la Declaración de Asunción (2016), los países declaran que para avanzar en la erradicación de la pobreza, reducir la desigualdad y lograr un desarrollo sostenible e inclusivo, es fundamental abordar el riesgo de desastres mediante la implementación de políticas efectivas a todos los niveles territoriales y sectoriales.
Como partes en el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres, en 2017 los países de la región acordaron un Plan de Acción Regional para la Implementación del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015 - 2030 en las Américas. Esto marca un hito hacia la articulación de un enfoque regional en los esfuerzos para construir la resiliencia comunitaria y reducir los riesgos e impactos de los desastres.
El Plan ayuda a promover la implementación del Marco de Sendai en las Américas a través de la identificación de iniciativas regionales que contribuyen a una o más de las Acciones de Sendai. Si bien la conservación de los ecosistemas no se menciona explícitamente como una acción en el Plan, se resalta la necesidad de comprender mejor los riesgos de desastres que se plantean para el medio ambiente e invertir en la reducción del riesgo de desastres para la resiliencia de los ecosistemas, entre otras acciones.
Si bien estos esfuerzos son innegablemente importantes, las estrategias de gestión de desastres en la región a menudo priorizan soluciones de infraestructura gris de alta ingeniería y en mayoría de los casos muy costosa, que pasan por alto el potencial de los ecosistemas para abordar los riesgos climáticos. Las experiencias demuestran que tales soluciones gris resultan en intentos aislados de reducción del riesgo que inadvertidamente pueden transferirlo a áreas más vulnerables o, en el caso de las inundaciones, río abajo.
Tales enfoques convencionales de gestión del riesgo abordan el origen de los riesgos de una manera aislada, descuidando las características complejas en cascada de las inundaciones. Por lo tanto, es vital para los países de la región tomar el enfoque de NbS como una alternativa rentable para reducir las vulnerabilidades y los riesgos a los desastres.
De la ciencia a la práctica: herramientas y directrices para orientar la formulación de políticas
Las soluciones basadas en la naturaleza son cada vez más reconocidas y adoptadas como parte de las estrategias de reducción del riesgo de desastres. Por lo tanto, la información confiable y accesible resulta vital para la toma de decisiones. Si bien es cierto que ya existen pruebas empíricas sustanciales en torno a que tales soluciones funcionan en diversos contextos, aún existen brechas de conocimiento que requieren atención para informar mejor las políticas y la práctica. Se requiere una mejor comprensión; por ejemplo, acerca de cómo los enfoques ecosistémicos para la RRD operan en diferentes ámbitos y escalas temporales; así como también acerca de cuáles son sus limitaciones en diferentes circunstancias y situaciones. Además, se necesita obtener pruebas adicionales sobre los factores ambientales y sociales que pueden condicionar la efectividad de las soluciones basadas en la naturaleza para reducir los riesgos de inundación. En el corazón de los desafíos para adoptar tales soluciones, a menudo se encuentra la capacidad limitada o la falta de capacidades institucionales y humanas para integrar la RRD basada en los ecosistemas en los planes, programas y proyectos.
Para guiar este proceso, la información, las herramientas y las directrices basadas en la evidencia son esenciales, pues respaldan la toma de decisiones en el proceso de una planificación y programación integral para la RRD basada en los ecosistemas. Existe un número cada vez mayor de herramientas y directrices que incluyen los ecosistemas como parte de sus ecuaciones y que han facilitado el avance en las decisiones relacionadas con la RRD basada en los ecosistemas. Aquí presentamos algunos estudios de casos sobre aplicaciones de herramientas y directrices en América Latina, que permiten avanzar en las evaluaciones de riesgos y en la implementación de soluciones basadas en ecosistemas.
Resiliencia mediante la inversión en los ecosistemas: conocimiento, innovación y transformación de la gestión del riesgo (Kit RELIEF)
El Kit RELIEF fue una iniciativa (2015 - 2017) financiada a través del Fondo de Biodiversidad de Japón en el marco del CDB, que tuvo como objetivo documentar los vínculos entre la biodiversidad y los desastres. Proporciona productos de conocimiento y de desarrollo de capacidades dirigidos a los responsables de la formulación de políticas, los investigadores y otras partes interesadas relevantes. El Kit RELIEF buscó abordar las brechas de conocimiento y las necesidades de capacidad, documentando y analizando la evidencia. La iniciativa también facilita plataformas regionales de intercambio de conocimiento. Para abordar las brechas globales de conocimiento sobre Eco-RRD, se han llevado a cabo seis evaluaciones regionales.
En América del Sur, la evaluación se centró en seis países: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. El Kit RELIEF muestra que la compilación, el análisis y la sistematización de la información científica y el conocimiento local o tradicional resultan necesarios para demostrar los múltiples beneficios de las soluciones basadas en la naturaleza (incluidos Eco-DRR y AbE). Esto es crucial para una gestión adecuada e integrada del riesgo de desastres y también para informar los procesos de formulación de políticas.
Para más información: Resilience through Investing in Ecosystems - knowledge, innovation and transformation of risk management (RELIEF Kit)
Recuperación y Reconstrucción Verde: Caja de herramientas de capacitación para la Ayuda Humanitaria
La Recuperación y Reconstrucción Verde: Caja de herramientas de capacitación para la Ayuda Humanitaria (GRRT por sus siglas en inglés) fue desarrollada por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) y Cruz Roja Americana después del tsunami de 2004 en el Océano Índico. Fue diseñada para ser utilizada en cualquier parte del mundo después de un evento relacionado con una amenaza natural. Aunque los desastres causan estragos, los esfuerzos de reconstrucción subsiguientes representan una oportunidad importante y significativa para restaurar las comunidades de una manera más sostenible desde el punto de vista ambiental y social.
Los trabajadores humanitarios, profesionales de la conservación, funcionarios gubernamentales, comunidades locales y organizaciones donantes pueden tomar medidas para garantizar que las comunidades reconstruidas sean más seguras, abordando activamente la sostenibilidad ambiental, reduciendo los riesgos y la vulnerabilidad ante futuros desastres y adaptándose a las realidades del clima cambiante.
La GRRT contribuye a la resiliencia de las comunidades, incorporando aspectos ambientales en el proceso de recuperación como una parte integral. También aporta a la planificación y desarrollo de proyectos frente a cualquier evento climático extremo como las inundaciones. La Caja de Herramientas incluye los siguientes diez módulos:
La Caja de Herramientas fue traducida al español por WWF Guatemala y ha sido de utilidad para fortalecer las capacidades en diferentes países de América Latina (Guatemala, Honduras, Ecuador y Colombia). Se llevó a cabo un proceso de Capacitación de Capacitadores (CpC) en el altiplano occidental de Guatemala para facilitar la diseminación de la GRRT en estos países. La implementación del CpC demostró que la creación de capacidades debe tener lugar en todos los niveles, a fin de garantizar que las acciones sean emprendidas por los diferentes actores involucrados.
Fuente: World Wildlife Fund (WWF) Guatemala
Para más información: Recuperación y Reconstrucción Verde: Caja de Herramientas de Capacitación para la Ayuda Humanitaria
Ecosistemas para la Protección de la Infraestructura y las Comunidades (EPIC)
EPIC fue un proyecto global implementado por la UICN (2012 - 2017) como parte de la Iniciativa Climática Internacional (IKI) financiada por el Ministerio Federal de Medio Ambiente, Conservación y Construcción de la Naturaleza (BMU) para promover el uso de enfoques basados en ecosistemas y proteger las comunidades ante los desastres y los impactos negativos del cambio climático.
El sitio del proyecto EPIC en Chile fue la reserva de la biosfera Corredor Biológico Nevados de Chillán-Laguna del Laja (Corredor Biológico de las Montañas Nevadas de la laguna Chillan-Laja, denominado BR), que busca conciliar la conservación de la diversidad biológica y cultural con el desarrollo social.
El área cuenta con ocho comunas, que cuentan con una población total de alrededor de 7,728 habitantes. Alrededor del 78% de la BR constituye propiedad privada.
El sitio de estudio llamado Valle de las Trancas se encuentra expuesto a una variedad de amenazas naturales, que incluyen avalanchas y flujos de escombros. Utilizando una ciencia rigurosa y pionera; así como diálogos con múltiples partes interesadas, EPIC pudo posicionar el enfoque de Eco-RRD entre una amplia gama de actores, desde el nivel local hasta el nivel nacional.
Utilizando el conocimiento y la ciencia basados en la evidencia, el proyecto también elevó el nivel de conciencia en las comunidades en torno al papel protector de los bosques. Entre los principales hallazgos y recomendaciones se incluyen:
Fuente: Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)
Para mayor información: Ecosystems protecting infrastructure and communities: Lessons learned and guidelines for implementation
De la gobernanza a la práctica: experiencias de América Latina
Las nuevas formas de gobernanza, que fomentan los modelos multinivel y de colaboración, son esenciales para las estrategias basadas en la naturaleza que permiten abordar la RRD. Dada la naturaleza del cambio climático y los riesgos de desastres, y aún más los ecosistemas, los mandatos y las responsabilidades de los actores gubernamentales a menudo se superponen, debiendo los modelos gubernamentales ser inclusivos y adaptativos. Las instituciones de todos los niveles tienen funciones y competencias en la toma de decisiones relacionadas con la gestión del riesgo de inundación, por lo que es fundamental una coordinación sólida entre ellas a nivel nacional, provincial, distrital y local.
Los actores locales (por ejemplo, municipios y comunidades locales) desempeñan un papel destacado en la promoción e implementación de medidas basadas en la naturaleza para la reducción del riesgo de inundación, guiados por su conocimiento adecuado de los factores que configuran la vulnerabilidad de la población local y de los ecosistemas. Como lo demuestra el ejemplo de Mocoa (Colombia), tanto el compromiso como el liderazgo de los municipios es clave para la implementación efectiva y sostenible de soluciones ecológicas. Las Organizaciones de cuenca fluvial (RBO por sus siglas en inglés) constituyen otro actor relevante para la reducción del riesgo de inundación. La existencia de RBO puede facilitar la coordinación de las actividades de desarrollo y el compromiso entre diversas partes interesadas a escala de cuenca. La experiencia del Consejo de la Cuenca del Río Chira-Piura (Perú) destaca la necesidad de fomentar diálogos entre múltiples partes interesadas a escala de cuenca para la integración de soluciones basadas en la naturaleza en la reducción del riesgo y en la adaptación como parte de la planificación de cuencas.
Desafíos y oportunidades para la integración de soluciones basadas en la naturaleza en la RRD en América Latina
A pesar del progreso de America Latina en RRD y la conservación de ecosistemas, la adopcio?n de soluciones basadas en la naturaleza para la RRD au?n presenta ciertos desafi?os vinculados a la gobernanza y los procesos de política, las capacidades (individuales e institucionales); la disponibilidad la información y recursos financieros. Atender dichos desafi?os y crear un entorno favorable resulta vital para la adopción de soluciones basadas en la naturaleza. A continuación se presentan los puntos clave sobre retos y oportunidades discutidos durante el Taller Regional.
(Figura 7)
Mensajes clave y recomendaciones
Contar con una estrategia común para los países de América Latina contribuiría a la consideración de los ecosistemas como componentes esenciales en los esfuerzos para reducir el riesgo de inundaciones. Existe cada vez más evidencia en la región en torno a casos en los cuales se han adoptado soluciones basadas en la naturaleza para la RRD. Sin embargo, muchas de estas iniciativas corresponden a proyectos aislados.
Si se considerara una estrategia coordinada y común, esta fortalecería la adopción del enfoque a nivel nacional y regional.
El taller regional ¨Hacia soluciones basadas en la naturaleza: Infraestructura verde para la reducción del riesgo de inundaciones¨ representó un espacio para la identificación de aspectos fundamentales que deben ser considerados a fin de avanzar hacia el objetivo de desarrollar una agenda conjunta que incluya aspectos de gobernanza, ciencia y práctica. Estos aspectos son:
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