Autores: Brenda Ávila Flores, Gabriel Reyes, Jimena Cuevas, Cale Johnstone

En el corazón del trabajo de la Alianza Zurich para la Resiliencia ante Inundaciones está el conocimiento de que siempre hay oportunidades para adaptarse y mejorar. En el segundo de nuestra serie de blogs para conmemorar los diez años de la acción de resiliencia de la Alianza, el equipo de la Cruz Roja Mexicana reflexiona sobre los beneficios que este enfoque ha tenido en México.
La Cruz Roja Mexicana se fundó en 1910 y, desde entonces, es reconocida como líder en la atención médica prehospitalaria y en la respuesta a desastres. La creación de la Alianza más de un siglo después (2013) propició que por primera vez nuestra institución, tradicionalmente centrada en la respuesta, desarrollara acciones de preparación y resiliencia comunitaria a largo plazo.
La región de Tabasco fue elegida como el foco inicial del Proyecto de Resiliencia ante Inundaciones debido a su alta susceptibilidad a este fenómeno, entre ellas la de 2007, que dejó la mayor parte del estado bajo el agua. En colaboración con la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), miembro fundador de la Alianza, el proyecto ha sido implementado por la Cruz Roja Mexicana desde 2013.
Los últimos diez años nos han enseñado muchas cosas sobre el fortalecimiento de la resiliencia, entre ellas el hecho de que para que tenga un impacto realmente duradero es esencial que el enfoque de trabajo se adapte y mejore de manera constante.
Los retos de la transición
Si bien la reducción del riesgo de desastres mediante la resiliencia comunitaria es un pilar fundamental del Movimiento de la Cruz Roja, cuyo objetivo es aliviar el sufrimiento humano, la transición de la respuesta a la preparación comunitaria exigió no sólo reflexionar sobre cómo vemos los desastres, sino también cambiar nuestro enfoque hacia la participación comunitaria. Fue necesario el replanteamiento de los protocolos institucionales relacionados al voluntariado, el trabajo comunitario, las metodologías de capacitación la seguridad, la salud e incluso los procesos administrativos.
Paralelamente a los cambios internos de las formas de trabajo, con el paso del tiempo, la percepción pública de la Cruz Roja Mexicana también se ha transformado. Diez años de experiencia en el campo han colocado a la institución como un referente nacional para la gestión integral del riesgo y el equipo ahora es invitado a participar en diálogos e iniciativas subnacionales, nacionales y regionales, en particular para compartir nuestra experiencia en el área del fortalecimiento de resiliencia a nivel comunitario.

Aprovechando nuestros puntos fuertes
Mucho antes de la Alianza, la Cruz Roja Mexicana ha mantenido fuertes lazos de confianza con las comunidades a lo largo del país, lo que es vital para lograr un cambio duradero. Para el éxito del Proyecto de Resiliencia ante Inundaciones fue necesario recurrir a lo que mejor sabe hacer la institución: trabajar en equipo con las comunidades con el objetivo de atender las necesidades de las personas más vulnerables. Un cambio significativo para la Cruz Roja Mexicana ha sido la integración de voluntarios comunitarios en la estructura operativa de la institución, centrando así a la misma población como actor clave y socio en la construcción de la resiliencia comunitaria.
Para la Cruz Roja, el fortalecimiento de la resiliencia se centra en los conocimientos y capacidades de las personas. El proyecto prioriza la participación comunitaria y la cohesión social para generar un sentimiento de apropiación de las acciones de preparación, promoviendo el reconocimiento del desarrollo de la resiliencia en beneficio de los afectados. Se genera y refuerza el respeto mutuo, el trabajo en equipo y la reflexión sobre el entorno, lo que redunda en la toma de decisiones por el bien de la familia y de la población en su conjunto.
Los beneficios de este profundo compromiso a nivel local se pueden observar en la respuesta a las inundaciones de 2020 en Tabasco. Las brigadas comunitarias formadas y capacitadas a través del proyecto apoyaron para acelerar el acceso a la ayuda humanitaria y mejorar la distribución equitativa entre la población.

Compartir experiencias para lograr un impacto a gran escala
Gracias a la duración de largo plazo del proyecto y a la flexibilidad para adaptarse y mejorar a lo largo de ese tiempo, los aprendizajes del programa de la Alianza en Tabasco se han adoptado en otras iniciativas de la Cruz Roja Mexicana, incluyendo otros proyectos importantes para aumentar la resiliencia ante sismos y huracanes. A nivel institucional, la evolución del proyecto fue clave para la creación del Programa Nacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, cuyo objetivo es generar lineamientos institucionales para apoyar a todas las delegaciones de la Cruz Roja Mexicana en la implementación de acciones de resiliencia.
El trabajo también ha sido reconocido por los gobiernos regionales y nacional. Las brigadas comunitarias formadas y capacitadas a través del proyecto han sido reconocidas formalmente por el Instituto de Protección Civil del Estado de Tabasco y el papel de la comunidad local en grupos organizados ha sido incluido en el Plan de Desarrollo del Estado de Tabasco. A nivel nacional, las brigadas comunitarias recibieron en 2019 el Premio Nacional de Protección Civil y la experiencia de esta línea de trabajo ha contribuido al desarrollo e implementación de la Estrategia Nacional de Comunidades Resilientes.
La expansión del proyecto a una nueva región de México en 2021 llevó al equipo a adaptar los marcos de trabajo de la intervención comunitaria del contexto rural al contexto urbano, lo que representó nuevas oportunidades no sólo para difundir los aprendizajes sobre la resiliencia sino también para generar nuevos conocimientos.

El camino de aprendizaje continúa
Desde 2013, el Proyecto de Resiliencia ante Inundaciones ha beneficiado directamente a más de 10.000 personas en México, y a otras 300.000 indirectamente a través de la comunicación masiva, la capacitación y la replicación.
La proyección a largo plazo de la Alianza ha sido esencial para los éxitos cosechados en México; es muy valioso poder reflexionar sobre más de una década de progreso y saber que aún hay potencial para más. Los retos a lo largo del camino -la pandemia de COVID-19, por ejemplo- han brindado la oportunidad para revisar y perfeccionar nuestros enfoques, con el fin de lograr el máximo impacto duradero en la comunidad. La Alianza está comprometida con el aprendizaje y la mejora continuos, y en México seguiremos desempeñando nuestro papel.
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