Publicado originalmente el 20 de agosto de 2018 por Jessica Short, traducción por Giorgio Madueño
¿Puede una computadora de 10 dólares que cabe en la palma de la mano convertirse en una herramienta que salve vidas contra los desastres y el cambio climático? En este blog, Rob Mullins (cofundador de Raspberry Pi) y Miguel Aréstegui (especialista en Reducción del Riesgo de Desastres de Practical Action) analizan cómo la micro-computadora Raspberry Pi está construyendo resiliencia ante las inundaciones en Perú y cómo podría ayudarnos en el futuro.

Encuentro entre el creador y el usuario
Raspberry Pi fue fundada por Rob Mullins y otros cinco amigos en 2009 en la Universidad de Cambridge. Rob y Eben Upton (ahora director general de Raspberry Pi trading) se juntaron a discutir sobre «cómo los postulantes a ciencias de la computación habían disminuido drásticamente y los que se presentaban tenían menos experiencia que en el pasado. La solución, pensamos, era construir un ordenador de bajo coste. La idea era que fuera algo que los niños pudieran tener, experimentar y crear con él y construir proyectos emocionantes».
Desde entonces, se han fabricado más de 15 millones de ordenadores Raspberry Pi y se ha convertido en un referente tecnológico para soluciones a problemas locales que sean de bajo costo, pero potentes.
Miguel Aréstegui y el equipo del Programa para la Resiliencia ante Inundaciones de Practical Action han utilizado esta tecnología para adaptar y mejorar los sistemas de alerta temprana (SAT) para inundaciones en Perú. «Como parte de la Alianza para la Resiliencia ante Inundaciones de Zurich estamos trabajando en comunidades [en Chosica, Perú] donde tenemos el problema no sólo de las inundaciones, sino también de huaicos».
Sin una alerta oportuna, las comunidades no pueden escapar del peligro. Aunque existen sistemas nacionales de alerta, Miguel explica que «hay una gran desconfianza en los pronósticos de inundaciones, porque tenemos una gran carencia de datos históricos en esta zona». Estaba claro que se necesita una solución local eficaz.
El equipo de Miguel descubrió que la «Fundación Raspberry Pi tiene un kit de estación meteorológica para institutos, y eso nos dio una idea: ¿y si resolvemos esta necesidad adaptando o desarrollando este tipo de sistema de alerta temprana?».
Miguel y Practical Action trabajaron entonces con la comunidad y el gobierno local para implementar un SAT informado por estaciones de monitoreo que usen Raspberry Pi. Los microordenadores reciben y procesan la información sobre las precipitaciones, la humedad del suelo y los niveles de agua de los ríos, y toman fotografías. Esta información alimenta luego a las plataformas que emiten alertas.
De juguete a herramienta

¿Qué tiene la Raspberry Pi que la convierte en la herramienta perfecta para la resiliencia a las inundaciones?
Es de código abierto
«El hecho de que la placa sea utilizada por tanta gente significa que se ha convertido en un componente estándar», dice Rob. Además, como todos esos usuarios crean proyectos con código abierto, «otras personas pueden basarse en ellos y mejorarlos». Esto significa que hay una comunidad de personas y experiencias para poner en marcha nuevos proyectos.
La experiencia de Miguel demuestra esta ventaja: «Construimos este [sistema de alerta temprana] con la comunidad. El código abierto nos ayudó a completarlo en […] poco más de un año. Habría sido imposible si lo hubiéramos trabajado solos».
Es adaptable
Dado que las y los usuarios tienen pleno acceso a los códigos de Raspberry Pi sin restricciones comerciales, la tecnología puede adaptarse perfectamente a las necesidades. «La gente es capaz de utilizar los ordenadores como herramientas», dice Rob, «son capaces de producir soluciones por sí mismos en lugar de tener que ir a alguien más para que les proporcione la implementación. Esto provoca soluciones locales a problemas locales».
Por ejemplo, en Chosica el anterior sistema de alerta temprana estaba controlado por un software comercial de ámbito nacional, lo que imposibilitaba hacerle cambios a escala local. Miguel explica que, como el nuevo sistema estaba basado en la Raspberry Pi, se pudieron hacer adaptaciones basadas en el conocimiento local, por ejemplo «para tomar datos con más frecuencia de lo que sugerían los estudios técnicos. Más tarde se comprobó que esto era necesario debido al poco tiempo de espera de estos eventos rápidos, lo que subraya la importancia de la memoria local en regiones con escasez de datos. El hecho de que estas tecnologías puedan ser adaptadas localmente las hace buenas para construir resiliencia, lo que va más allá de las medidas aisladas de preparación».
Es de bajo costo, pero no de baja tecnología
«Antes, el bajo costo implicaba baja tecnología», dice Miguel. Disponer de alta tecnología y bajo costo a la vez «es proporcionar una nueva plataforma que podría ayudar a disminuir la brecha entre las necesidades locales de los países en desarrollo y el habitual alto costo de los equipos que impide a las instituciones científicas nacionales atender esas necesidades».
Rob coincide, ha visto que «hay un enorme margen para (…) replicar un sistema caro y muy especializado, utilizando algo como la Raspberry Pi se puede producir algo que sea técnicamente casi tan bueno, pero con una solución de muy bajo coste».
El futuro del riesgo, la resiliencia y la Raspberry Pi

¿Cómo creen estos expertos que cambiará la tecnología en el futuro, y cómo podría convertirse en una herramienta aún mejor en la lucha contra el cambio climático?
Mejor hardware
Rob, como experto en hardware, cree que los próximos años traerán «ordenadores de muy bajo consumo que podrán utilizarse en estas aplicaciones de monitoreo. También ordenadores que con el tiempo se biodegraden y no tengan el impacto ambiental que tienen hoy».
Mejor conectividad
Miguel ve un futuro en el que cada vez somos más los que estamos conectados a Internet. «Ahora mismo hay algunas limitaciones con la conectividad que creo que van a empezar a cambiar muy rápidamente. Esto va a proporcionar muchas herramientas a las personas en situación de vulnerabilidad».
Cambiar la forma en que la gente puede compartir sus propios conocimientos les ayudará a hacer frente al cambio climático. Según Miguel, «en las zonas vulnerables al clima hay un problema crítico sobre la desconexión entre los impactos del cambio climático y la cantidad de datos que se tienen de esas zonas. Creo que estas tecnologías pueden ayudar a generar información local que las propias comunidades pueden aportar para resolver esta carencia.»
Mejores redes
Rob afirma que «aunque la comunidad es muy fuerte, sigo pensando que hay oportunidades para construir mejores redes, por ejemplo, entre universidades de diferentes países».
Miguel predice que también es necesario que existan mejores redes a niveles más altos. «Tengo curiosidad por ver si llegamos a algún tipo de estandarización de estas iniciativas de código abierto y descentralizadas. Es útil adaptar el desarrollo a los contextos locales, pero creo que para ampliar estas iniciativas y hacerlas lo suficientemente confiables y sólidas como para llevarlas a debates de alto nivel, es necesario un nivel de estandarización».
Más información
Para descubrir más soluciones sobre cómo mejorar la resistencia ante inundaciones y encontrar más información, visita nuestra página de recursos.
Descubre más sobre el sistema de alerta temprana de inundaciones de Chosica en este informe técnico, o en este vídeo de 360 grados.
comentarios